Mi nombre es Bonny Bayot, oceanógrafa graduada en 1993 en la ESPOL. A los dos años de haber ingresado a la ESPOL y ya terminando el ciclo básico de ingeniería tenía que escoger la carrera. Así que fui a FIMCM a averiguar por la carrera de “Oceanografía”, ya que en esos días me habían informado que se ofertaba en esa Facultad .
Cuando escuché de esa carrera me llamó mucho la atención porque yo tenía afinidad por el mar y las ciencias marinas. En mi época de colegio no me perdía los programas de Jacques Cousteau, el mítico oceanógrafo y conservacionista francés. Todos los años vivía en la playa (San José, ahora en la provincia de Santa Elena) dos meses durante las vacaciones de colegio. Veía muchos otros programas conservacionistas y de naturaleza, y en general me gustaba mucho el estilo de vida en la playa. Así que me emocioné cuando me mencionaron que Oceanografía era una carrera. Nunca lo hubiera imaginado.
Entonces, fui a FIMCM y probé una materia. Me inscribí en “Técnica de Campo I,” y quedé fascinada. Era evidente que “Oceanografía” era la carrera que me gustaba, y aunque ahora no hago mucho “Oceanografía” (trabajo como investigadora en epidemiología de animales acuáticos en CENAIM), no me arrepiento de haber escogido esa carrera por su versatilidad y porque generó en mí, el interés por la investigación. Durante los años que hice Oceanografía, viajé mucho, conocí a personas de varios países e hice muchos cruceros oceanográficos. Además, considero que, las herramientas que nos dió la ESPOL y Oceanografía son las adecuadas para luego ser autosuficiente e incursionar exitosamente en otras áreas. Destaco de la educación que recibimos, la capacidad analítica como una herramienta muy poderosa para aplicarlos en otras áreas. Así que, si tuviera que dar un consejo a los estudiantes, les diría que potencien esta habilidad mediante el aprendizaje continuo. Y como mensaje final les diría que el corazón de un oceanógrafo siempre es oceanográfico.